Afortunadamente, la imagen del Crossdressing cambió mucho
ante la sociedad en general. Al menos en Argentina, podríamos estar hablando de
una “aceptación” después de años de “viciosa clandestinidad”.
Estos cambios sociales que menciono no fueron ni repentinos ,
ni abruptos. Sino graduales, gracias al
trabajo fino de mucha gente que intervino “mostrando” hábitos y costumbres de
las chicas cross, sumado a cierta ayuda extra que ofrecieron artistas, medios
de comunicación y redes sociales.
Lamento comunicarles a algunos obtusos que el Crossdressing
dejó de ser “una perversión sexual de la clandestinidad”, para abrirse camino
como una variante sexual y un modo de vida genuino.
A nadie sorprende, a esta altura, ver a una chica cross
cenando en algún restaurant, paseando por el barrio o yendo al cine.
Eso ya no escandaliza a nadie. Olvídense!!!
Y eso es por mérito propio…
Diversos programas de televisión, libros que abordaron el
tema, o artistas que se transvistieron, le permitieron al público en general
conocer más sobre el fascinante mundo cross y, de este modo, acortar cualquier
prejuicio existente.
Sin embargo, las diosas de la Crossdressina han luchado
arduamente para acreditarse este mérito de ser quienes han logrado el cambio de
su propia imágen frente a los demás.
Pero…¿Qué es lo que hicieron para que ocurra?
Ellas mismas hicieron algunas “modificaciones sustanciales”
a la otrora concepción del Crossdressing, que trataré de reflejar a
continuación, siempre brindando mi propia opinión al respecto: